jueves, 24 de noviembre de 2011

CÉLULAS MADRES, CÉLULAS PROGENITORAS Y CÉLULAS PRECURSORAS

Todas las células sanguíneas se originan de las células madres hematopoyéticas pluripotenciales (CMHP), que suelen ser amitóticas, pero pueden divisiones celulares y originar más de ellas mismas o células madres hematopoyéticas multipotenciales CMHM, que se diferencian en unidades esplénicas formadoras de colonias CFU-S y las células unidades formadoras de colonias de linfocitos CFU-Ly, que son las responsables de la formación de diferentes células progenitoras.
Las células CFU-S procesan a las células mieloides (eritrocitos, granulocitos, monocitos y plaquetas). Y las CFU-L y procesan a las células linfoides (células T y célula B).
Las células progenitoras parecen linfocitos pero son unipotenciales, si mitosis y diferenciación, están regidos por factores hematopoyéticos específicos, y su capacidad de renovación es limitada.
Las células precursoras se originan en las células progenitoras, y no se pueden renovar por si solas. Estas células experimentan división y diferenciación celulares, y al final dan origen a una clona de células maduras.  Conforme prosigue la maduración las células se van volviendo más pequeñas, sus nucléolos van desapareciendo y su red de cromatina se vuelve más densa.
Todas las células sanguíneas se derivan de una sola célula madre pluripotencial. Sin embargo, luego se forman células individuales aisladas que originan solo eritrocitos o eosinófilos u otro tipo de célula sanguínea. Se ha demostrado que existen dos tipos de células multipotenciales, CFU-S y CFU-Ly, que originan la serie mieloide  de células y los linfocitos, respectivamente.

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